El brunch es un hábito anglosajón que hemos importado a lo largo de los años, es una alternativa sencilla para invitar a tus amigos.
Se trata de la mezcla del desayuno (breakfast) y almuerzo (lunch) y se toma normalmente los domingos a partir de las 11 hasta las 14 horas.
Se prepara tipo buffet combinando el dulce con el salado, con rollitos de jamón o pavo rellenos de ensaladilla rusa, pate, crema de queso, huevos revueltos y algunos embutidos ahumados. Es obligada una tabla de quesos con una variedad adecuada.
Los dulces como croissants, brioches, tortitas y magdalenas deberán ser en un tamaño pequeño para que los invitados puedan probar varios tipos.
Los canapés y los sándwiches son fundamentales, de membrillo, de queso, de anchoas, de atún, preparados en platos con panecillos y biscotes cerca para que cada uno se prepare lo que más le apetezca.
Se puede tomar vino blanco, cava o champán y para concluir prepara café o té.
El brunch por excelencia son los huevos a la benedictine, huevos escalfados sobre tostada de pan con base de bacon frito y cubiertos con una fina bechamel acompañados de salchichas y un bloody Mary.
La decoración del brunch ha de transmitir cercanía y sobretodo facilidad. Es un evento cool que podemos disfrutar por lo menos una vez al mes y que nos permite aprovechar la jornada del domingo.
La clave:Siempre hay una buena excusa para hacer de un día normal uno especial y con un brunch puede serlo.
Recuerda: El mejor tratamiento belleza es una sonrisa ¡
Feliz semana!
Masqmoda.