No es necesario esperar un puente o las vacaciones para pasar un fin de semana distinto, el segundo fin de semana de cada mes se organiza un mercado en el Museo del Ferrocarril en la antigua estación de Delicias, es un mercado distinto donde además de contemplar uno de los edificios más representativos de la arquitectura industrial española puedes ver una selección de locomotoras y coches de viajeros muy interesante.
Desde que este mercado abrió a finales del 2012 se ha convertido en un punto de encuentro de jóvenes, familias y sobre todo de amantes del vintage y de lo antiguo. Entre las vías del tren encontramos pequeños puestos donde convergen el mobiliario retro con los artesanos y los jóvenes creadores. Puedes encontrar muebles restaurados, sombreros, medias, ropa de bebe, lámparas, gafas, zapatos, bicicletas antiguas, velas, motos… de todo.
Abre sus puertas a las once de la mañana y no cierran hasta las diez de la noche. La mañana la puedes dedicar a recorrer todos los puestos e incluso puedes comprar productos ecológicos como verduras, mermeladas o pan artesano, te recomiendo la hogaza de pasas y vino es espectacular. También puedes hacer un descanso en la cafetería y tomar un buen café con unos pastelitos caseros delicioso mientras suena música en directo de algún grupo de jazz.
Al medio día en el exterior encuentras una gran variedad de Food Trucks, caravanas de comida callejera, donde encuentras baguetes vegetales con pan de tinta de sepia, hamburguesas, croquetas caseras, carne de wagu o sushi. Después de comer puedes tomar un mojito o un café con un creppe con chocolate.
Allí el euro no existe, el sistema de pago es mediante fichas, las necesitas para comprar la comida o tomar un café, tienes que canjearlas en unas mesas que hay habilitadas para esto, al principio es un poco incómodo pero enseguida te acostumbras al sistema.
Y para la tarde nada mejor que pasear por el mercado de los particulares en los exteriores del museo, donde cada uno instala su propio puesto, es un viaje al pasado, discos de vinilo, teléfonos antiguos, mesas, ropa, fotos antiguas, maletas, libros, todo lo que te puedas imaginar lo encuentras allí, es una maravilla para los apasionados de lo antiguo.
Este mercado me gusta porque muestra un lado de Madrid joven y dinámico con un aire nuevo y muy europeo.
